Todo empieza con un ganchillo fino y una bobina de algodón, Se comienza siempre con un anillo mágico de seis puntos, que se llama mágico porque se puede cerrar. A partir de ahí se dobla el número de puntos y luego empiezas a pensar que parte vas a tejer.
Seguro que parece complicado, pero no es así. Lo que sí es cierto, es que te absorbe tanto que no puedes distraerte pensando en otras cosas. Además fomenta la creatividad, te obliga a tomar decisiones y te permite disfrutar del resultado de tu trabajo. Es alentador, entretenido y gratificante.
Para un cuerpo o una cabeza se teje una bola aumentando el número de puntos por vuelta, hasta conseguir el tamaño que se desee. Se tejen unas vueltas con igual número de puntos y se disminuye tal y como se ha aumentado.
Para las piernas y los brazos, se tejen las vueltas del mismo número de puntos, hasta conseguir la largura que más te guste.
Orejas y hocico de manera semejante pero sólo dos o tres vueltas.
Luego el relleno y finalmente el bordado de ojos, boca, naríz.... y los detalles que se te ocurran.
Y he aquí el resultado.....
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